En los últimos 40 años se ha reducido a la mitad la cantidad de incendios de estructuras domésticas en los Estados Unidos. Las muertes y lesiones provocadas por esos incendios también se han reducido a la mitad debido, en gran parte, al uso generalizado de alarmas de humo en las viviendas.

Esas son algunas de las conclusiones de un nuevo e importante informe de NFPA, "Protección contra Incendios en los Estados Unidos desde 1980: Visto a través del lente del Ecosistema de Protección Contra Incendios y Seguridad Humana" ("Fire Safety in the United States Since 1980: Through the Lens of the NFPA Fire & Life Safety Ecosystem"). El exhaustivo estudio se basa en datos nacionales recopilados durante cuatro décadas para obtener un panorama detallado de los incendios residenciales, donde siguen ocurriendo la mayoría de las muertes por incendio del país. "Este informe nos cuenta una historia general de éxito en lo que respecta a la reducción de la cantidad de incendios y de muertes por incendio", concluyen los autores del informe. "El mayor factor individual que ha contribuido a ese éxito ha sido el uso de alarmas de humo, según lo exigido por los códigos, así como la educación pública continuada sobre su significación".

Si bien la visión a 10,000 pies de la historia es positiva, un examen a ras del suelo ofrece una narrativa más complicada. Hace cuarenta años, los niños pequeños y los adultos mayores representaban aproximadamente la misma proporción de víctimas fatales en incendios; mientras que ahora es menor la probabilidad de que niños pequeños mueran en un incendio que la de la población en general, las personas mayores se enfrentan ahora a un riesgo marcadamente más alto de morir en un incendio. Las personas con discapacidad también están expuestos a un mayor riesgo. Las personas que viven solas tienen una mayor probabilidad de ser víctimas de un incendio mortal. A pesar del descenso general de la cantidad de muertes por incendios en estructuras residenciales, las probabilidades de morir en un incendio declarado en una vivienda unifamiliar o bifamiliar han, de hecho, aumentado desde 1980, debido a una combinación de diseño de viviendas, materiales de construcción y mobiliarios de nueva generación altamente combustibles. El continuo desarrollo de la interfaz urbano/forestal significa que millones de personas están en riesgo de sufrir conflagraciones urbanas provocadas por incendios forestales. Estos desafíos y otros más prometen comprometer a la comunidad de la seguridad durante los próximos años. "Nuestro trabajo está lejos de haber terminado y, en algunas áreas, apenas ha empezado", concluyen los autores.

La lista de tareas pendientes es larga y variada. Un aumento de los incendios de cocina domésticos y de las muertes por incendios en la cocina en comparación con la década de los ochenta propone oportunidades de investigación y actividades de educación pública más urgentes. Un tercio del total de víctimas fatales por incendios de viviendas en los Estados Unidos tienen 65 años o más, y la investigación es necesaria para entender mejor cómo proteger a nuestros ciudadanos más vulnerables. También es necesario investigar para medir el impacto de la nueva tecnología de las alarmas de humo en alarmas no deseadas y en los incendios declarados y no declarados. El impacto de los incendios forestales en las comunidades debe ser abordado aplicando el enfoque holístico del Ecosistema de Protección contra Incendios y Seguridad Humana de NFPA. De manera similar, es necesario un enfoque holístico para la protección contra incendios y la eficiencia energética para garantizar que los nuevos productos y tecnologías que se desarrollan para mitigar los desafíos no den lugar a un riesgo de incendio no previsto. Es necesario elaborar o actualizar las normas de productos para los artículos electrónicos de consumo que emplean nuevas tecnologías potencialmente peligrosas, y debe instruirse a los consumidores sobre los posibles riesgos. Y deben ampliarse las iniciativas para educar al público sobre cómo protegerse a sí mismos contra el fuego para reducir la cantidad de víctimas fatales y aumentar la seguridad humana.

Birgitte Messerschmidt, directora de investigación aplicada de NFPA y una de las dos autoras del informe, considera que las conclusiones son el punto de partida para un importante debate sobre la seguridad y la resiliencia en el entorno construido, especialmente en viviendas. "Llevo 25 años trabajando en la protección contra incendios, intentando que nuestro entorno construido sea más seguro contra el fuego, y estoy extremadamente apasionada con eso", dijo. "Lo que necesitamos es una manera más holística de pensar en nuestros edificios y en cómo podemos mejorar nuestro nivel de seguridad en el interior de esos edificios. Hemos demostrado una y otra vez en muchos tipos diferentes de edificios que podemos mantener a las personas a salvo si algo sale mal, pero continuamos encontrando dificultades para alcanzar ese nivel de seguridad en nuestras propias viviendas. Si nos tomamos realmente en serio continuar con la reducción del problema de los incendios en este país, eso tiene que cambiar".

Raíces en el informe "Estados Unidos en llamas"

"Protección contra Incendios en los Estados Unidos desde 1980" es un descendiente directo de "Estados Unidos en Llamas" (America Burning), el emblemático estudio de 1973 que marcó el inicio en la era moderna de la protección contra incendios. Redactado por la Comisión Nacional de Prevención y Control de Incendios (National Commission on Fire Prevention and Control), "Estados Unidos en Llamas" se propuso evaluar el alcance del problema de los incendios en el país y formular recomendaciones sobre las medidas que reducirían las pérdidas y mejorarían la seguridad tanto de los ciudadanos como de los bomberos. El informe estimaba en aproximadamente 12,000 las muertes anuales de civiles y bomberos, y en 300,000 la cantidad de heridos—esas cifras fueron posteriormente revisadas, situándose en aproximadamente 6,200 y 100,000, respectivamente—y denunciaba el impacto de los incendios en las poblaciones más pobres y más vulnerables del país.

Esa vena de indignación recorre gran parte de "Estados Unidos en Llamas" y contribuye al tono activista del informe y a las implacables condenas de los autores. "Es indignante que la nación más rica y tecnológicamente avanzada del mundo esté a la cabeza de los principales países industrializados en cuanto a muertes y pérdidas de propiedades por incendio per cápita", escribieron. "El pésimo historial de incendios de los Estados Unidos y su incapacidad para reunir suficientes recursos científicos y monetarios para mejorarlo, preocupa a quienes trabajan en el campo de la protección contra incendios… [y que] han corrido contra las mareas gemelas de la ignorancia y la indiferencia—mareas que contribuyen sustancialmente a la extraordinaria magnitud del problema de los incendios en los Estados Unidos".

"Estados Unidos en Llamas" recomendaba un mayor énfasis en la prevención de incendios, especialmente a través de la educación pública; la mejora de la capacitación e instrucción de los bomberos; la mejora de la educación de los ciudadanos en materia de protección contra incendios; un enfoque más proactivo para eliminar los peligros para la seguridad que presentan el diseño y los materiales utilizados en las viviendas y lugares de trabajo de las personas, incluidas las pruebas y el etiquetado; la mejora de los aspectos de protección contra incendios de los edificios; y una mayor labor de investigación para comprender mejor los peligros relacionados con los incendios—en resumen, las semillas de lo que se convertiría en el Ecosistema de Protección contra incendios y Seguridad Humana de NFPA, una manera holística de definir, evaluar y abordar los peligros para la protección contra incendios y la seguridad humana. El informe también recomendaba la creación de la Administración de Incendios de los Estados Unidos (US Fire Administration o USFA), que proveería supervisión y recursos federales para abordar el problema de los incendios en el país.

La comisión identificó una serie de responsabilidades para la USFA, y dos en particular aportarían al estudio de 40 años adoptado por el nuevo informe de NFPA. Uno de esos encargos para USFA fue el desarrollo de un sistema nacional de datos sobre incendios que "contribuiría a establecer prioridades para la investigación y la acción", según "Estados Unidos en Llamas"—un sistema que ya en 1980 se estaba volviendo más sofisticado y detallado. La otra acción importante de USFA fue dar apoyo a la creación de un rociador automático de incendio que pudiera utilizarse en diversos tipos de viviendas residenciales. Y tal y como sucedió, la publicación de "Estados Unidos en Llamas" coincidió con el nombramiento por parte de NFPA de un subcomité para la elaboración de una norma sobre rociadores automáticos para viviendas unifamiliares y bifamiliares; en 1975 se publicó la primera edición de NFPA 13D, Norma para la Instalación de Sistemas de Rociadores en Viviendas Unifamiliares y Bifamiliares y en Viviendas Prefabricadas. La segunda edición de NFPA 13D fue publicada en 1980 y fue revisada en su mayor parte basándose en nuevas pruebas de campo y en una exhaustiva investigación. En 1981, UL aprobó el rociador modelo F954 de Grinnell, convirtiéndolo en el primer rociador residencial listado. La era de los rociadores de incendio domésticos había comenzado.

Para los investigadores de NFPA, esas señales ofrecían un punto de partida lógico para un nuevo estudio centrado en los incendios de viviendas. "Con casi 40 años de datos a los que recurrir, consideramos que era un momento importante para mirar atrás y ver lo que esos datos podían decirnos", dijo Marty Ahrens, director de los servicios de análisis de incendios de NFPA y coautor del informe "Fire Safety in the United States Since 1980".

El nuevo informe, elaborado con el apoyo de la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios (Fire Protection Research Foundation), es una mirada en primer plano a los incendios de estructuras de viviendas, incluidos apartamentos y viviendas prefabricadas, que se fundamenta en los datos de los incendios ocurridos desde 1980 hasta 2018, año más reciente del que se tienen datos disponibles. El informe también examina la protección contra incendios en hospitales y centros de cuidados intermedios y analiza los incendios de estructuras de viviendas en el contexto de los incendios forestales y los incendios catastróficos con múltiples víctimas fatales. Los autores hacen un amplio uso del Ecosistema de Protección contra incendios y Seguridad Humana de NFPA para identificar los éxitos y los puntos problemáticos de la historia hasta el momento, y para contribuir a la identificación de las áreas de enfoque que van desde las poblaciones en riesgo hasta las tecnologías emergentes.

"El trabajo y los desafíos futuros que se debaten [en este informe] pueden ser todos abordados aplicando este pensamiento sistémico [ilustrado por el Ecosistema de Protección contra incendios y Seguridad Humana de NFPA]", escriben Ahrens y Messerschmidt. "Abordar la protección contra incendios como un sistema, y no como fragmentos y piezas individuales, ofrece la oportunidad de desentrañar este complejo y continuo desafío para la sociedad y reducir futuras pérdidas".

Ese enfoque abarcador significa que el informe sirve como una detallada hoja de ruta para seguir avanzando en la protección contra incendios y la seguridad humana, según Lorraine Carli, vicepresidenta de Divulgación y Promoción de NFPA. "Al igual que el informe ‘Estados Unidos en Llamas’ identificaba los riesgos de la época y marcaba el comienzo de un nuevo nivel de prevención y acción, este es el siguiente cuerpo de trabajo seminal que reconoce claramente el progreso, identifica las lecciones aprendidas y señala la dirección para dar los próximos pasos hacia adelante en cada pieza del Ecosistema de Protección contra incendios y Seguridad Humana de NFPA", dijo Carli.

Datos y detalles

Un aspecto especialmente revelador del informe de NFPA es su examen de los incendios en apartamentos a gran altura y el impacto que las tecnologías de protección contra incendios pueden tener para limitar muertes, lesiones y pérdidas materiales. Como señalan los autores, los apartamentos están más reglamentados que las viviendas unifamiliares o bifamiliares, y los apartamentos a gran altura—definidos en el estudio de NFPA como a siete pisos o más por encima del nivel del terreno—están aún más reglamentados, requiriéndose a menudo alarmas de humo de cableado permanente, rociadores automáticos y compartimentación en la construcción de las unidades. Todas estas características tienen un marcado efecto en la protección contra incendios de los apartamentos a gran altura, especialmente en comparación con las viviendas unifamiliares y bifamiliares.

El estudio constató que había rociadores en el 21 por ciento de los incendios a gran altura declarados entre 1985 y 1989 y en el 48 por ciento de los incendios ocurridos entre 2014 y 2018. De manera similar, la detección en los incendios a gran altura declarados aumentó durante ese mismo período, del 67 por ciento al 93 por ciento. Estos aumentos en la protección se corresponden con un descenso en la cantidad de incendios de edificios de gran altura rascacielos notificados durante ese mismo período, de 10,400 a 8,600; un descenso en la cifra de muertes en incendios de edificios de gran altura (de 62 a 29); y un descenso en las muertes anuales por cada 1,000 incendios de edificios de gran altura declarados (de 6.0 a 3.4). El informe también revela que entre 2014 y 2018, la propagación del fuego estuvo confinada a la habitación de origen en el 98 por ciento de los incendios notificados en apartamentos a gran altura provistos de rociadores y en el 94 por ciento de los incendios notificados cuando los apartamentos no tenían rociadores.

En su mayor parte, los datos de los edificios de gran altura se corresponden con las tendencias de los incendios generales de estructuras de viviendas ocurridos entre 1980 y 2018. Los incendios de estructuras de viviendas anualmente declarados durante ese período disminuyeron de 734,000 a 363,000; las muertes asociadas disminuyeron de 5,200 a 2,720 anualmente; y las lesiones asociadas disminuyeron de 19,700 a 11,200. Sin embargo, según una medición clave, los apartamentos a gran altura han superado, con creces, a las viviendas unifamiliares y bifamiliares en cuanto al nivel de seguridad que proveen a sus ocupantes.

En 1980, las muertes por cada 1,000 incendios de estructuras de viviendas notificados eran de 7.1 para todos los tipos de viviendas, pero en 2018, las muertes por cada 1,000 incendios notificados en viviendas unifamiliares y bifamiliares habían aumentado a 8.5—lo que significa que cualquier persona con un incendio declarado en esa ocupación tenía una mayor probabilidad de morir en el incendio que hace casi 40 años. Además, hasta 2018 la tasa global de muertes por cada 1,000 incendios declarados en todas las viviendas también había aumentado, hasta el 7.5. De las categorías principales, solamente los apartamentos habían experimentado un descenso, hasta una tasa de 4.2 muertes por cada 1,000 incendios notificados en 2018, resultante, en parte, por la tasa de los edificios de gran altura, de 3.4. Los datos arrojan una conclusión inequívoca: las tecnologías de protección como las que se encuentran en los apartamentos de edificios de gran altura salvan vidas y protegen la propiedad, y su inclusión en las viviendas unifamiliares y bifamiliares representaría un significativo paso para reducir uno de los aspectos más difíciles del problema de los incendios en el país.

Este tipo de detalles y contexto están presentes en todo el estudio "Fire Safety in the United States Since 1980" y hacen que el informe sea de lectura obligada para todas las partes interesadas en la lucha contra los incendios de estructuras de viviendas. Las "mareas gemelas de la ignorancia y la indiferencia" citadas en "Estados Unidos en Llamas" siguen estando, y aunque la visión macro de los incendios de estructuras de viviendas en los últimos 40 años es en gran medida positiva, hay numerosas fuerzas activas que podrían obstaculizar o incluso revertir algunos de esos logros tan difíciles de obtener.

Para Messerschmidt, esos desafíos se suman a un aporte clave que hace que el informe de NFPA sea de lectura esencial. "Pasamos un año elaborando este informe y, francamente, me sorprendió mucho de lo que descubrimos", dijo Messerschmidt, cuya columna "Investigación" en esta edición "Mayores, solos y en riesgo", analiza detalladamente una de las preocupantes tendencias destacadas por los datos—el aumento de las muertes por incendio entre las personas mayores, especialmente aquellas que viven solas. "Cuando se observa esta problemática en este lapso de tiempo, se ve lo oportunista que puede ser el fuego—avanzamos en un área solamente para que el fuego se desplace a otro lugar y genere un conjunto totalmente nuevo de problemas y preocupaciones. Y se ve lo frágiles que son muchos de esos avances, y lo fácil que puede ser deshacerlos. Espero que los lectores de este informe valoren lo que hemos conseguido hacer en los últimos 40 años, y que vean lo esencial que es que sigamos avanzando".

 

SCOTT SUTHERLAND el director ejecutivo del NFPA Journal.