A pesar de esa dependencia, persisten los interrogantes sobre nuestra relación con los socorristas. ¿Los estamos cuidando lo suficiente? ¿Les estamos brindando los recursos que necesitan para realizar sus tareas? El departamento de Investigación de NFPA ha publicado recientemente la quinta evaluación sobre necesidades del cuerpo de bomberos del país. La evaluación identifica las necesidades principales al comparar qué cuerpos de bomberos en realidad cuentan con lo que dicen necesitar para estar seguros y ser efectivos. Si bien existen muchos hallazgos importantes en esta investigación, algo que realmente me sorprendió fue el escaso progreso para mejorar los cuarteles de bomberos.
Hace dos años, realizamos una profunda investigación sobre las necesidades de remodelación de los cuarteles de bomberos estadounidenses utilizando datos de nuestra cuarta evaluación sobre necesidades del cuerpo de bomberos, realizada en el 2015, y se determinó que era necesario invertir miles de millones de dólares en los cuarteles. Se observa a partir de los resultados recientes que las inversiones realizadas durante los últimos cinco años son significativamente inferiores a lo requerido. La infraestructura de nuestros cuerpos de bomberos está envejecida, pero pareciera que no se mantienen actualizados los cuarteles de bomberos con remodelaciones y reconstrucciones – casi la mitad de los cuarteles de bomberos de la nación tiene más de 40 años de antigüedad, un leve aumento desde el 2015.
Existen muchas razones por las que se desea contar con un cuartel de bomberos más nuevo o actualizado, pero la más importante es garantizar la salud y seguridad de nuestros socorristas – el cuartel de bombero debe ser un lugar en el que se encuentren a salvo del peligro. Durante la última década hemos aprendido mucho sobre las exposiciones ocupacionales enfrentadas por los bomberos y cómo se vinculan con un aumento en el riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardíacas, y otras enfermedades serias. Un informe reciente de la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios incluyó un extenso listado de posibles contaminantes en el lugar del incendio, un recordatorio de que la práctica de limpiar y descontaminar al personal y a los equipos antes de ingresar a las zonas limpias de cuartel de bomberos resulta de suma importancia para limitar la exposición. Pero los cuarteles de bomberos más antiguos normalmente no cuentan con estas instalaciones necesarias para garantizar zonas limpias y evitar una exposición continua.
El lugar del incendio no es el único lugar con riesgo por exposición. Cuando un camión accionado a combustible diésel abandona o regresa al cuartel, el gas de escape, si no está bien ventilado, no solo ingresará al camión, sino que también a las instalaciones de los bomberos. Consecuentemente, los bomberos pueden estar expuestos al escape de combustible diésel durante una significativa parte de sus turnos. Esta exposición ha estado también vinculada al riesgo de padecer cáncer, sumándose al desafío del cáncer ocupacional en los bomberos. Esta exposición podría ser eliminada utilizando un sistema de control de emisiones de gases de escape que captura el gas del caño de escape y lo ventila hacia el exterior del cuartel. El costo de estos sistemas es una fracción de lo que costaría un nuevo cuartel de bomberos, y aun así el 56 por ciento de nuestros cuarteles no cuenta todavía con esta tecnología, y esta cifra no ha cambiado desde el 2015.
Un área en la que se ha progresado es en el equipamiento de los cuarteles de bomberos con energía de reserva de emergencia. En el 2005, más de la mitad de los cuarteles de bomberos estadounidenses no contaba con energía de reserva; la cifra es ahora del 31 por ciento. Pero eso significa que casi un tercio de nuestros cuarteles no cuenta aún con energía de reserva, una cifra demasiado elevada considerando el aumento de los eventos climáticos críticos en los que suele producirse una pérdida de energía generalizada. ¿Cómo pueden los socorristas apoyar a una comunidad necesitada si no cuentan ellos mismos con energía?
Si bien las normas de NFPA han abordado muchos de estos problemas en los cuarteles de bomberos durante años, los socorristas aún carecen de infraestructura y de equipos actualizados para mantenerse seguros. Ha llegado el momento de garantizar que se satisfagan sus necesidades de modo que puedan continuar brindando su importante apoyo en este mundo en constante cambio. Podemos y debemos hacer más.
Birgitte Messerschmidt es directora del Grupo de Investigación de NFPA.