La familia de Francesco Martinisi buscaba lo mejor para su hijo de cuatro años que había nacido con parálisis cerebral. Su padre lo había traído a los Estados Unidos desde Italia, esperando que el niño pudiera mejorar respirando oxígeno presurizado de una cámara hiperbárica en una clínica de Florida. En este caso la abuela de 62 años ingresaba a la cámara con el niño para hacerle compañía.
El 1 de mayo del año 2009, la cámara se prendió fuego, alimentada por el oxígeno de su interior. Imposibilitados de escapar, Francesco y su abuela soportaron las llamas durante cinco minutos que les provocaron quemaduras en el 90 por ciento de sus cuerpos. Ninguno de los dos sobrevivió.
Este incidente y otros graves accidentes ocurridos con cámaras hiperbáricas han alarmado a muchos en la comunidad de seguridad humana, entre ellos a Tom Workman, director de control de calidad y asuntos regulatorios para la Sociedad Médica Subacuática e Hiperbárica. Workman, miembro del Comité de Instalaciones Hiperbáricas e Hipobáricas de NFPA 99, Código de Instalaciones para el Cuidado de la Salud, ha estado rastreando la proliferación de cámaras hiperbáricas en todo el país. Si bien él cree que la gran mayoría de las cámaras en hospitales e instalaciones clínicas para el cuidado de la salud son operadas de manera segura y efectiva, le resulta preocupante la evolución del uso de estas cámaras en ámbitos no clínicos y en domicilios particulares.
"Es un tema importante y desafortunadamente se acrecienta cada vez más," cuenta Workman, quien espera alertar a inspectores de incendio y a otras autoridades sobre la propagación de cámaras hiperbáricas que no prestan conformidad con las disposiciones de los códigos de NFPA.
La terapia con oxígeno hiperbárico o HBO2, implica la respiración de casi el 100 por ciento de oxígeno en un entorno en el que la presión atmosférica se eleva tres veces más de lo normal, tanto en una cámara para varias personas como en una individual. Según la Administración Estadounidense de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Adminitration o FDA), las cámaras hiperbáricas se clasifican como dispositivos médicos de Clase II. Esto significa que antes de ser vendidos para fines de tratamiento médico, los fabricantes deben primero demostrar ante la FDA que tales dispositivos son, al menos tan seguros y efectivos como los dispositivos legalmente comercializados..
Tradicionalmente utilizados para el tratamiento de la descompresión (comúnmente denominado "síndrome de descompresión") en buceadores, el HBO2 ha demostrado ser efectivo para tatar otras condiciones, entre ellas el envenenamiento con monóxido de carbono, embolia aérea o gaseosa, heridas que no cicatrizan en pacientes con diabetes, quemaduras térmicas y pérdidas de sangre excepcionales —la FDA lista en la actualidad 14 usos para el HBO2, que comúnmente se prescribe para acelerar la cicatrización de heridas tales como infecciones del tejido blando y lesiones por aplastamiento. Existen también una cantidad de usos de HBO2 que no han sido oficialmente aprobados; los atletas de diversos deportes han declarado que el HBO2 los ayuda a acelerar la recuperación de lesiones o de grandes esfuerzos físicos, y celebridades entre ellas Madonna y Michael Jackson, han proclamado públicamente los supuestos beneficios para la salud de sus tratamientos con HBO2.
En el espacio confinado de una cámara hiperbárica los incendios pueden ser catastróficos, dicen los expertos. "Sabemos que un aumento en la concentración de presión y de oxigeno puede dar por resultado un aumento en los índices de encendido y quema de material." Nos cuenta Jonathan Hart, enlace de personal para NFPA 99, que el Capítulo 14 establece claramente los procedimientos de seguridad y precauciones para cámaras hiperbáricas. Según un estudio del año 1997 publicado por la Sociedad Médica Subacuática e Hiperbárica, entre 1923 y 1996, se produjeron 77 muertes como resultado de 35 incendios ocurridos en clínicas con cámaras hiperbáricas. Incendios y explosiones en instalaciones de HBO2 en el mundo han sido causados por electricidad estática, dispositivos eléctricos, calentadores de manos químicos y otras fuentes.
Ese es el motivo por el cual los expertos ponen énfasis en que tales cámaras deben ser cuidadosamente construidas y mantenidas— todo un desafío a medida que se popularizan. Según datos de la Asociación Estadounidense de Hospitales, la cantidad de cámaras hiperbáricas operada en hospitales o clínicas para el cuidado de la salud aumentó de unas 27 a nivel nacional a principios de la década del 70 a unas 1,350 en la actualidad, nos cita Workman y sostiene que estas instalaciones generalmente cumplen de manera voluntaria con NFPA 99 y NFPA 101®, Código de Seguridad Humana, para asegurarse así el reintegro de Medicare y/o Medicaid.
Más allá de las instalaciones de la clínica
No son las instalaciones hiperbáricas de clínicas las que generan la mayor preocupación. "No es allí en donde se encuentra realmente el problema," dice Workman. "Nuestro problema radica en aquellas instalaciones que quedan por fuera del paraguas de tales establecimientos."
Las cámaras hiperbáricas han sido instaladas en oficinas de medicina alternativa, spas, centros deportivos, centros comerciales, y otros espacios en los que los operadores promueven el uso del oxígeno presurizado como tratamiento para una diversidad de condiciones que van desde el autismo, esclerosis múltiple, SIDA hasta Alzheimer, parálisis facial y depresión —tratamientos no autorizados por el FDA. De hecho, la FDA ha emitido alertas para los consumidores advirtiéndoles sobre falsas promesas de curas milagrosas producidas por el HBO2. Workman estima que existen unas 200 instalaciones hiperbáricas independientes o no afiliadas en los EEUU. Algunas se encuentran en entornos clínicos o consultorios y están a cargo de médicos que cuentan con personal adecuado, mientras que otros se encuentran en edificios clasificados como ocupaciones de negocios.
Esto es sólo parte de la inquietud. Los ciudadanos, algunos influidos por célebres atletas—entre ellos la ex estrella de la Liga Nacional de Fútbol Americano Terrell Owens, quien promocionó el respirar oxígeno presurizado como una manera de recuperarse de lesiones—están adquiriendo cámaras hiperbáricas portátiles de baja presión, recubiertas con tela, también conocidas como "bag chambers," (cámaras de bolsa) para uso doméstico. Los dispositivos se venden por valores que rondan desde los US$7,000 hasta más de $US17,000 y pueden instalarse y ponerse a funcionar en horas luego de su entrega. Pero Workman y otros dicen que los dispositivos no son fabricados, almacenados, operados, ni mantenidos de modo consistente con NFPA 99, incrementando de ese modo el riesgo de incendio o explosión— y, como resultado de los efectos mecánicos o fisiológicos producidos por el aumento de la presión, incrementando el riesgo de lesiones o de muerte.
No existen cifras confiables sobre la cantidad de estas cámaras para uso doméstico (denominadas también cámaras hiperbáricas suaves) actualmente en uso, pero Workman estima que existen "varios miles" de cámaras—ciertamente más que el número de cámaras que se encuentran en uso en hospitales-o instalaciones de base clínica. "Es mucha la gente que admira a atletas profesionales —y que ve un video en televisión de un gran jugador de futbol con una cámara sobre su hombro que piensa, ‘lo que es bueno para él, también es bueno para mí,’" dice Workman.
La FDA clasifica las "bag chambers" como dispositivos médicos y autoriza su uso únicamente para el mal agudo de montaña que se produce, en parte, por la exposición a altitudes elevadas y entornos con bajos niveles de oxígeno. Pero los fabricantes y operadores, que utilizan anuncios hábilmente redactados, promocionan las cámaras para una variedad de usos conocidos como "extra oficiales", tales como la pérdida de peso, el rejuvenecimiento, o la mejora de la resistencia, así como también para condiciones más serias.
Lo que es una preocupación fundamental para los funcionarios a cargo de la seguridad humana, es que estas cámaras de bolsa no cumplen en la actualidad con los requisitos de seguridad de diseño y fabricación establecidos en la Norma de Seguridad de ASME para Recipientes a Presión para la Ocupación Humana (ASME PVHO) y/o NFPA 99. Las cámaras portátiles están diseñadas para ser utilizadas con aire comprimido, pero muchos usuarios las conectan a concentradores de oxígeno. NFPA 99 establece que los gases de escape de todas las cámaras hiperbáricas sean conducidos mediante tuberías al exterior de los edificios. Sin dicha ventilación, pueden crearse altos niveles de oxígeno peligrosos tanto en las cámaras como en la proximidad inmediata, dice Workman.
Todo ello contribuye a una significativa preocupación por la seguridad contra incendios. "No sabemos cuál puede ser el porcentaje de oxígeno dentro de la cámara —si el nivel de oxígeno es demasiado alto, el tiempo de exposición se reduce y entonces no se cuenta con tiempo de respuesta en el evento de un incendio," dice James Bell, supervisor técnico de Seguridad Hipobárica e Hiperbárica en Intermountain Medical Center & LDS Hospital, y presidente del Comité de Instalaciones Hiperbáricas e Hipobáricas de NFPA 99. Los códigos NFPA también establecen que si el oxígeno dentro de una cámara excede el 23.5 por ciento, tanto el paciente como la cámara deben contar con descarga a tierra dado que una carga estática podría incrementar el riesgo de incendio.
Existen también otros riesgos. En junio del año 2011, en Carolina del Norte, un joven de 19 años que se encontraba en tratamiento por autismo, se asfixió en una cámara de lona cuando se desconectó una válvula. La familia, que supuestamente conoció el dispositivo en una conferencia sobre autismo, demandó al fabricante, sosteniendo que la cámara se promocionaba como segura para el uso no supervisado a pesar de saber que las válvulas podían desconectarse. El caso se resolvió fuera de los tribunales. "Los pulmones son verdaderamente frágiles," dice Bell sobre los riesgos físicos asociados a los dispositivos. "Sólo se necesitan un par de pulgadas de presión de agua o media libra por pulgada cuadrada para dañar los pulmones."
Otros riesgos incluyen el uso de vestimenta no autorizada. NFPA 99 establece que la indumentaria dentro de las cámaras debe ser de algodón o algodón con poliéster con el fin de minimizar los riesgos de electricidad estática, que pueden ser más fácilmente generados por algunos tejidos sintéticos. Artículos que quedan olvidados en bolsillos, tales como teléfonos móviles, también pueden presentar riesgos de electricidad estática dentro de las cámaras. Workman cita el ejemplo de unas instalaciones en las que se brindaba a los pacientes reproductores de CD portátiles para ingresar a la cámara, una práctica que él describe como un "significativo riesgo de incendio." En julio del año 2014, una mujer en un spa de la ciudad de Nueva York quedó atrapada en una cámara hiperbárica inflable de $100 la hora y no pudo llamar al personal. Envió un mensaje de texto a una amiga, quien alertó a los bomberos. NFPA 99 establece que durante el funcionamiento de la cámara con un ocupante en su interior, debe encontrarse físicamente presente un operador de cámara y mantener contacto con el ocupante. "Es necesario que alguien esté allí y que sea alguien calificado para estarlo," sostiene Bell.
Cumpliendo el Código
Los médicos pueden legítimamente recetar HBO2 para usos extra oficiales; la FDA no regula la práctica médica. El tema es el modo en que tales usos son comercializados. "La FDA ha dejado pública constancia con diversas cartas de advertencia dirigida a las instalaciones que promocionan sus cámaras para indicaciones extra oficiales," dice Workman. Un agravante de la tragedia de los Martinisi en Florida, por ejemplo, es que no se ha determinado clínicamente que el HBO2 ayude en casos de parálisis cerebral. El mercado secundario—en el que las cámaras se venden a través de sitios tales como Craigslist— es otra área de preocupación; un dispositivo que originalmente pudo haber sido programado y utilizado de conformidad con el código, podría no ser utilizado de la manera adecuada por un nuevo propietario.
Workman y otros más desearían ver a los fabricantes prestando una mayor conformidad con los códigos NFPA, y a las autoridades locales siendo más conscientes de los riesgos potenciales de las cámaras en ámbitos no clínicos. Allí donde se instale una cámara hiperbárica en un hospital o clínica, deben respetarse los códigos sobre ocupaciones y seguridad humana. En los casos de cámaras privadas, los inspectores y otros podrían ni siquiera saber que se ha instalado y que está siendo utilizada una cámara en sus jurisdicciones, agrega Workman.
Workman considera que las instalaciones ubicadas en centros comerciales y centros deportivos deberían adherir a las disposiciones del Código de Seguridad Humana aunque insistan en que no se trata de ocupaciones para el cuidado de la salud. En estados que adoptan NFPA 101, tales instalaciones pueden estar cubiertas por el Capítulo 8, que se aplica a las cámaras hiperbáricas y que hace especial referencia a NFPA 99. "Si se adopta NFPA 101, entonces existe un requisito del código para que utilicen las autoridades al momento de hacer cumplir los códigos mediante la revisión de planos o inspecciones de rutina, sin importar el tipo de ocupación," dice Hart. Y esto marca una diferencia. Los operadores que cumplen los códigos NFPA "cuentan con antecedentes bastante buenos," señala Bell. En Norte América, desde 1968 a 2009, no existieron reportes de muertes relacionadas con incendios en ninguna de las instalaciones que operan cámaras hiperbáricas que prestan conformidad con los códigos NFPA, dice Bell.
Una investigación sobre el caso Martinisi en Florida descubrió que mientras la cámara reacondicionada había sido construida según el código, no estaba adecuadamente mantenida ni operada según el código al momento del incendio. El dispositivo no contaba con descarga a tierra, los ocupantes vestían ropa de calle y el intercomunicador no funcionaba. La abuela aparentemente acomodó un cojín, y la acumulación de electricidad estática generó una chispa—suficiente como para iniciar un violento incendio en el espacio enriquecido con oxígeno. La señora golpeó la cámara para llamar la atención de alguien, pero cuando una persona finalmente apareció, la cámara debía despresurizarse durante 90 segundos antes de poder abrirse. La fiscalía sostuvo que la cámara no estaba diseñada para albergar a dos personas y que no se había limpiado adecuadamente. Los investigadores encontraron numerosas cuestiones eléctricas y luces indicadoras rotas cubiertas con cinta aisladora. "En mi opinión, el accidente podría no haber ocurrido si las instalaciones hubieran cumplido los requisitos mínimos establecidos en NFPA 99," dice Bell. "La declaración de la oficina del alguacil enuncia una lista de incumplimientos del código."
Una vez que se instaló el dispositivo, "nadie más vino a controlarlo," cuenta Workman. "No había motivo para que el inspector de bomberos volviera"— "este hecho enfatiza la suma importancia de estar más informado para lograr una mayor conciencia del riesgo que representa usar cámaras hiperbáricas que no cumplen con la reglamentación", agrega Workman.
STEPHANIE SCHOROW es escritora en Boston.
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Conozca Su Dispositivo Hiperbárico Diez consejos para las AC Más de 18 organizaciones y agencias, en un rango que abarca desde sociedades profesionales hasta organismos de regulación federal, tienen responsabilidad sobre la práctica del tratamiento con oxígeno hiperbárico. No obstante, diversas autoridades competentes locales y estatales (AC), entre ellas inspectores de bomberos, cuentan con poca información sobre el modo en que operan las cámaras hiperbáricas y las reglamentaciones aplicables a su uso. Muchas ni siquiera podrían estar enteradas que tales dispositivos se encuentran en funcionamiento en sus jurisdicciones. Aquí, diez puntos para que las AC tomen en cuenta. 1 Las AC deben intentar rastrear el establecimiento y uso de cámaras hiperbáricas que funcionan en sus jurisdicciones, en particular aquellas que operan fuera de hospitales o clínicas. Tom Workman, director de control de calidad y asuntos regulatorios para la Sociedad Médica Subacuática e Hiperbárica y miembro del Comité de Instalaciones Hiperbáricas e Hipobáricas de NFPA 99, sugiera que las AC visiten tales establecimientos y que entablen relaciones con los propietarios. 2 NFPA 99 define tres clases de cámaras hiperbáricas, cada una con estrictos criterios de diseño y funcionamiento: Clase A, que constituye una ocupación para múltiples personas; Clase B, una ocupación para una sola persona y Clase C, para uso con animales o estudios con animales. 3 Las cámaras hiperbáricas de baja presión, portátiles y de lona, están autorizadas por la FDA únicamente para el tratamiento del mal agudo de montaña. Si bien se encuentran autorizadas por la FDA como un dispositivo médico de Clase II, estos dispositivos en general no cumplen con ASME PVHO. Si bien únicamente 11 estados específicamente obligan al cumplimiento de ASME PVHO, los requisitos establecidos en NFPA 99 y NFPA 101 establecen el cumplimiento con esa norma y cubren todos los dispositivos de terapia con oxígeno hiperbárico, según Workman. 4 Las AC locales tienen la autoridad para ordenar que las cámaras hiperbáricas instaladas en sus jurisdicciones se encuentren acreditadas por un tercero que se dedique a la educación u operaciones con oxígeno hiperbárico, dice Workman. En la actualidad Utah y parte del Estado de Nueva York requieren tales acreditaciones para el reintegro de los seguros médicos. 5 Es necesario tomar en cuenta que los pacientes que se encuentran bajo tratamiento en cámaras hiperbáricas podrían no contar con la capacidad de auto preservación durante una emergencia. Esta es la razón por la cual los operadores de las cámaras deben mantener contacto visual o audible con los pacientes o deben mantener a la vista el panel de control de la cámara en todo momento. 6 No debería autorizarse a los pacientes a ingresar a la cámara con ropa de calle salvo que el director de seguridad de operaciones lo autorice específicamente. 7 Los pacientes no deben ingresar a la cámara con teléfonos celulares, laptops, ni con cualquier otro dispositivo electrónico. 8 Si en la cámara se concentra más del 23.5 por ciento de oxígeno, tanto el dispositivo como el paciente deben contar con descarga a tierra. 9 El código NFPA requiere que el oxígeno sea ventilado hacia el exterior del edificio para evitar concentraciones potencialmente peligrosas de O2. 10 Si las AC observan lo que aparentan ser violaciones de seguridad pero dudan sobre el modo de proceder, pueden contactarse con las sociedades médicas de profesionales que dan cobertura a la medicina hiperbárica por aclaraciones y guía, entre ellas la Sociedad Médica Subacuática e Hiperbárica (+1-919-490-5140; uhms.org) y el Instituto Estadounidense de Medicina Hiperbárica (+1-414-269-5340; achm.org). Las AC que son miembros de la NFPA pueden contactarse con el grupo de Servicios Consultivos de NFPA en el teléfono 1-617-770-3000. |