Como alguien que trabaja en el campo de preparación para incendios forestales, he llegado a detestar el término “sin precedentes”. Parecería que siempre que un funcionario de gobierno o algún medio de comunicación utilizan ese rótulo, es señal de que o no se han molestado en observar los muchos ejemplos previos de incidentes de incendios forestales o que creen que no volverá a ocurrir. No solo resulta impreciso, sino que es una pobre excusa para justificar el volver a repetir las mismas cosas que llevaron a ese desastre en primer lugar.
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Igual que como lo fue siempre
Hemos sabido durante años que las normas sobre construcciones resistentes a los incendios forestales funcionan. Entonces, ¿por qué tantas comunidades insisten en ignorarlas?
He encontrado el último ejemplo de este ciclo en un reciente viaje a Santa Rosa, California. Visité la subdivisión de Coffey Park para ver cómo se estaba recuperando el vecindario de una destrucción completa que sufrió durante el incendio Tubbs Fire en 2017. Parado entre una hilera de viviendas recientemente construidas, me sorprendió ver cercos de madera bordeando cada vivienda. El lugar estaba embellecido con profundas capas de un mantillo de madera combustible, que funcionalmente sirve como un ininterrumpido lecho combustible para transportar con facilidad el fuego hacia los cercos y en dirección ascendente hacia los revestimientos de las nuevas viviendas. Cuando le pregunté al contratista principal por qué no se había puesto un mayor esfuerzo en colocarles una mayor resistencia a la ignición a estas viviendas, que habían sido literalmente construidas sobre las cenizas de un vecindario que había quedado destruido por un incendio forestal, volví a escuchar una vez más esa indeseada frase. El evento de Tubbs fue un incendio “sin precedentes”, dijo. En otras palabras, ¿para qué utilizar materiales con resistencia al fuego si esto no volverá a ocurrir? Me quedé boquiabierto y desalentado.
Este pensamiento resulta extremadamente frustrante, especialmente en California. El estado es sede de algunos de los incendios forestales más destructivos de la nación, pero también contiene el conjunto de normas más detallado y mejor elaborado sobre construcción segura que apunta precisamente a resistir la amenaza de incendios forestales. Si bien la implementación de estos códigos de construcción contra incendios forestales podría reducir en gran medida la destrucción que vemos año tras año, depende de los gobiernos locales adoptarlos y aplicarlos. Lamento informar que en Santa Rosa, los líderes de las ciudades han elegido en su mayoría ignorar las normas sobre construcción sugeridas por el estado con la finalidad reemplazar las estructuras quemadas a la mayor brevedad posible.
La historia más importante aquí es que, cada día, los líderes locales en California y decenas de otros estados optan por lo mismo. Como resultado, se construyen miles de nuevos hogares en lugares con alto riesgo de sufrir incendios forestales, todos sin la protección ofrecida por las prácticas sobre construcciones resistentes a los incendios. Esto no es otra cosa que la abdicación de la responsabilidad del gobierno local en cuanto a la seguridad pública – especialmente porque sabemos que estos códigos funcionan.
En abril, el periódico Sacramento Bee publicó un artículo que analizaba los datos de Cal Fire que demostraban lo bien que las normas sobre construcciones del estado, que exigen techos, revestimientos y otras protecciones con resistencia al fuego, habían minimizado la amenaza de incendios forestales durante el devastador incendio de Camp Fire del año anterior. El periódico comparó los destinos de los hogares construidos de conformidad con las normas sobre construcción contra incendios forestales de 2008 de California – y por lo tanto que posiblemente contaban con características de seguridad – con aquellos construidos antes de la elaboración de las normas. Aproximadamente el 51 por ciento de los hogares en el recorrido del incendio de Camp Fire construido después del 2008 no presentaba daños, mientras que solo el 18 por ciento de los hogares construidos antes del 2008 quedó indemne.
Los resultados no son sorprendentes. Cuando se elaboraron estas normas sobre construcción, la Oficina del Inspector Estatal de Incendios de California aseguró claramente que “el uso de materiales y de un diseño resistente a la ignición… resultará el más prudente esfuerzo que California haya realizado para intentar mitigar las pérdidas originadas por nuestro repetido ciclo de desastres de incendios de la interfaz”. Sabíamos en ese entonces y sabemos ahora que las normas sobre construcciones resistentes a los incendios forestales funcionan. Fueron elaborados en base a décadas de observación e investigación, y con un claro reconocimiento de que los incendios forestales son parte de la realidad californiana. Optar por no utilizar estas normas con la excusa de que el incendio forestal “no tiene precedentes” en las comunidades de California es, en el mejor de los casos es una falsa , y en el peor de los casos, es una receta con poca visión a futuro que llevará a los residentes de Coffey Park y de otros lugares a sufrir innecesariamente el mismo destino una vez más.
MICHELE STEINBERG es directora de la división de incendios forestales en NFPA.